ES: Ni un minuto de silencio, toda una vida de combate
A 23 años del asesinato de Claudia López
Desde los rincones más inquietos de la memoria nos autoconvocamos, tanto compañerxs que conocimos a Claudia desde una fraternidad rebelde como también quienes, sin conocerla, nos reconocemos en su experiencia de vida y de lucha, para continuar con el combate al olvido, aportando a no dejar que la historia se escriba por si sola, a sumarnos a aquel torrente de recuerdos que ha decantado en praxis y resistencia, multiplicándose y expandiéndose a través de bibliotecas, centros sociales, actividades, okupas, combates callejeros, acciones, lienzos, afiches, murales y panfletos.
Esta vez desde nuestra mirada, desde nuestro recuerdo, con rabia y dolor, con nuestras derrotas parciales pero también con las victorias a cuestas, pretendemos levantar, lejos de las verdades incuestionables, un ejercicio/praxis de memoria y volver a recorrer los pasos que llevaron ese 11 de septiembre de 1998 a la compañera Claudia López, la chica Claudia, con sus 25 años, a caminar hasta la población La Pincoya donde dejo su vida en la calle, asesinada por balas policiales. Tiros avalados por un Estado siempre al servicio del capital y los poderosos. De estos hechos y de esta realidad no hay duda alguna, a pesar de las infamias periodísticas o maniobras jurídico-policiales.
Que la chica haya estado esa noche en la Pincoya no obedece a la casualidad o algún momentáneo impulso rebelde sino a una decisión y a un camino trazado desde hace años en luchas y enfrentamientos callejeros, tanto en universidades como en distintas poblaciones, de igual forma en su activa participación en coordinaciones combativas, aunando fuerzas entre distintas experiencias autónomas y de luchas antiestatales.
A lo largo de estos años mucho se ha comentado respecto a la militancia política de la compañera, ésta sin lugar a dudas no puede ser comprendida desde categorías únicas y determinantes, más aun cuando eran tiempos que a partir de un acertado cuestionamiento a un marxismo dogmático por parte de quienes apostaban por revitalizar una práctica ofensiva contra el poder y el capital, se genera un acercamiento entre tendencias de un marxismo revolucionario; el anticapitalismo y la autonomía, con el anarquismo. Es en ese espacio donde la Claudia se movía sin tranzar con medios tonos.
Eran tiempos también de secuelas palpables de una transición nauseabunda; tiempos de consolidación de un capitalismo salvaje gestado bajo el resguardo de fusiles y botas militares y administrado servicialmente por los gobiernos “concertacionistas” de la época; tiempos en que muchxs bajaron la guardia bajo la falacia que desplazada la bestia dictatorial la lucha carecía de sentido, evitando aceptar que continuaban mandando los mismos en una democracia que, no es más que una forma mas sofisticada de un régimen autoritario. En ese contexto, muchxs también, desde una lucidez insurrecta, optaron por mantener viva una llama rebelde y combativa para así hacer frente a una realidad asfixiante, Claudia entre ellxs.
Es por esto que, sin miedo a equivocarnos, mantenemos la claridad del recorrido de la chica Claudia, desde las luchas secundarias durante los últimos años de la dictadura a los combates durante la transición democrática, y para quienes compartimos trinchera con ella rescatamos la relación de compañerismo que forjamos, organizándonos por afinidad, con objetivos comunes, pisando las mismas calles, defendiendo las mismas barricadas que no han cesado de levantarse hasta hoy.
Han pasado 23 años desde que aquellas balas policiales acribillaran el cuerpo de la Chica, hoy lejos de los entramados judiciales y los cantos víctimistas buscamos armar nuestra memoria con ofensiva y combate, uniendo distintas generaciones para otorgarle continuidad a la lucha contra el orden imperante.
Rescatar la historia de la Claudia no es solo rescatar un pasado relativamente reciente, sino también sacar del olvido experiencias y vivencias para proyectar la lucha desde el presente. Buscamos sabotear la maquinaria de la amnesia haciendo propagar la danza rebelde de la compañera en todos los rincones donde surjan caminos de negación al mundo de los poderosos. Las balas que asesinaron a Claudia, siguen asesinando a distintxs compañerxs y aún permanecen impacientes para ser descargadas sobre cualquiera que cuestione al Estado.
Pronto a la nueva conmemoración del asesinato policial, hacemos un llamado a cada compañerx, individualidad, colectivo, grupo, organización e iniciativa para que levanten su propia actividad o propaganda en la multiforme variedad que pueda tener la memoria, tomando en sus manos la labor colectiva para que esta fecha no pase desapercibida.
Desde esta coordinación estamos convocando para el día sábado 4 de septiembre a una actividad de conmemoración de nuestra compañera caída en combate con una multiformidad de acciones que la recuerden en nuestros corazones negros. Iremos desde el mural, pasando por la olla común, la danza la trova, talleres, lecturas y bandas que ese día se sumaran a nuestra acción.
Llamamos, además, a propagar y alentar esta y otras iniciativas. Desde las calles de la Pincoya, Santiago Centro o Temuco hasta cualquier calle en las urbes de otros territorios: que la memoria sepa viajar y ser traducida en el único idioma posible, el del conflicto con lo existente y la memoria negra de nuestrxs corazonxs, que también son negrxs.
A 23 años del asesinato de la compañera Claudia López
¡Juventud combatiente, insurrección permanente!
– Kali Subversiva
– Memoria Negra
Stgo
Territorio dominado por el Estado Capital $hileno
Agosto 2021
Source: Contra Info
EN: Not a minute of silence, a lifetime of struggle
23 years after the murder of Claudia López
From the most restless corners of memory we call ourselves together, both comrades who knew Claudia from a rebellious fraternity as well as those who, without knowing her, recognize ourselves in her life experience and struggle, to continue the fight against oblivion, contributing to not let history write itself, to add ourselves to that torrent of memories that has decanted into praxis and resistance, multiplying and expanding through libraries, social centers, activities, squats, street fights, actions, canvases, posters, murals and pamphlets.
This time from our point of view, from our memory, with rage and pain, with our partial defeats but also with victories on our shoulders, we intend to raise, far from the unquestionable truths, an exercise/praxis of memory and retrace the steps that led that September 11, 1998 to the comrade Claudia Lopez, the girl Claudia, with her 25 years, to walk to the population La Pincoya where she left her life in the street, killed by police bullets. Shots endorsed by a State always at the service of capital and the powerful. There is no doubt about these facts and this reality, in spite of journalistic infamy or legal-police maneuvers.
That the girl was in La Pincoya that night is not due to chance or some momentary rebellious impulse but to a decision and a path traced for years in struggles and street confrontations, both in universities and in different towns, as well as in her active participation in militant coordination, joining forces between different autonomous experiences and anti-state struggles.
Throughout these years much has been said about the political militancy of the comrade, this undoubtedly can not be understood from unique and determinant categories, even more so when it was a time that from a successful questioning of a dogmatic Marxism by those who bet on revitalizing an offensive practice against power and capital, a rapprochement is generated between trends of a revolutionary Marxism; anti-capitalism and autonomy, with anarchism. It is in this space where Claudia moved without compromising with halftones.
Those were also times of palpable after-effects of a nauseating transition; times of consolidation of a savage capitalism gestated under the protection of rifles and military boots and administered servilely by the “concertacionista” governments of the time; times in which many lowered their guard under the fallacy that once the dictatorial beast was displaced, the struggle was meaningless, avoiding accepting that the same people continued to rule in a democracy that is nothing more than a more sophisticated form of an authoritarian regime. In this context, many also, from an insurrectionary lucidity, chose to keep alive a rebellious and combative flame in order to confront an asphyxiating reality, Claudia among them.
This is why, without fear of being mistaken, we maintain the clarity of Claudia’s journey, from the secondary struggles during the last years of the dictatorship to the struggles during the democratic transition, and for those of us who shared a trench with her, we rescue the relationship of comradeship that we forged, organizing ourselves by affinity, with common objectives, treading the same streets, defending the same barricades that have not ceased to rise until today.
Twenty-three years have passed since those police bullets riddled the body of the Chica, today far from the judicial networks and the chants of victimhood we seek to build our memory with offensive and combat, uniting different generations to give continuity to the struggle against the prevailing order.
To rescue the history of Claudia is not only to rescue a relatively recent past, but also to bring out of oblivion experiences and experiences to project the struggle from the present. We seek to sabotage the machinery of amnesia by spreading the rebellious dance of the compañera in every corner where paths of denial to the world of the powerful emerge. The bullets that assassinated Claudia continue to assassinate different compañerxs and still remain impatient to be unloaded on anyone who questions the State.
Soon to the new commemoration of the police murder, we call on each compañerx, individuality, collective, group, organization and initiative to raise their own activity or propaganda in the multiform variety that can have the memory, taking in their hands the collective work so that this date does not go unnoticed.
From this coordination we are calling for an activity to commemorate our comrade fallen in combat with a multiformity of actions to remember her in our black hearts on Saturday, September 4. We will go from the mural, through the common pot, dance, trova, workshops, readings and bands that will join our action that day.
We also call to spread and encourage this and other initiatives. From the streets of La Pincoya, Santiago Centro or Temuco to any street in the cities of other territories: that the memory knows how to travel and be translated into the only possible language, that of the conflict with the existing and the black memory of our hearts, which are also black.
23 years after the assassination of comrade Claudia Lopez
Fighting youth, permanent insurrection!
– Kali Subversiva
– Memoria Negra
Stgo
Territory dominated by the $hilean Capital State
August 2021